CAPITULO
6
SI LA TOCAS TE MATO
Para nosotras es muy conocida la frase “todos los hombres son iguales” yo hace algunos años pensaba que era así, hasta que conocí a mi esposo, el en un platica me dijo que un psicólogo muy famoso llamado Lacan, al cual le preguntaros ¿Qué pensaba de las mujeres? Dijo, “las mujeres son no todas” y esto es cierto, yo diría que “los hombres son no todos” si es verdad, existen hombres golpeadores, alcohólicos, mujeriegos etc. Pero como ya dije “los hombre son no todos”. Muchas mujeres, que hemos sido engañadas por nuestros novios o esposos, pensamos que ellos no van a cambiar, que ellos van a seguirnos engañando de por vida, y en esto tenemos parte de razón y parte no.
Como ya mencionamos en el capitulo pasado, los celos son parte de una desconfianza que proviene de algún lado, la gran mayoría de psicólogos, nos dicen: “que esto se debe a que tenemos muy baja autoestima”, yo diría que sí, es parte de la verdad, pero no toda la verdad, muchas veces las mujeres tenemos ideas eróticas con otros hombres y a veces con mujeres de forma imaginaria, cuando soñamos nuestro subconsciente trabaja aéreas desconocidas de nosotras mismas, esto le ocurre de igual forma a los hombres, quienes a veces tienen erecciones en la mañana sin ningún motivo determinado. Sin embargo, de esto no se habla, es como algo que todos sabemos pero que nadie dice, estos sueños eróticos que son normales tanto en hombres como mujeres, muchas veces en nuestro caso, nos enseñan a reprimirlos a diferencia de los hombres que los comentan con sus amigos o hermanos, esta represión sexual que las mujeres tenemos, nos lleva a tener imagines idealizadas mal sanas, que sin querer consiente o incocientemente proyectamos en el deseo del otro.
Es entonces, que nos damos cuenta de un sencillo detalle, con la liberación femenina el descubrimiento del orgasmo femenino, nos hemos dado cuenta que los seres más sexuales son las mujeres, si bien una mujer puede alcanzar uno, dos o múltiples orgasmos y siempre estará insatisfecha, hay mujeres que jamás alcanzan un orgasmo en su vida pero no por ello dejan de tener relaciones sexuales, ante este surge la siguiente pregunta ¿Por qué no dejan de tener relaciones sexuales si no alcanzan el orgasmos? Esta pregunta se responde desde la siguiente perspectiva. Si bien lo sexual tiene que ver con diferencias culturales ideológicas, fisiológicas, químicas, el objetivo que tienen hombres y mujeres sobre la sexualidad es diferente para psicológicamente, y fuera de lo que se creía hace algunos años, lo sexual importa más para las mujeres que para los hombres, nuestros deseos, nuestra pasión, nuestra sensibilidad, nuestra sensualidad y por supuesto el hecho de reproducción, nos hacen a las mujeres las mas indicadas para la sexualidad y por la sexualidad.
El miedo que tenemos nosotras de que los hombres nos sean infieles es enorme, ya que en gran medias nuestras expectativas sexuales son demasiado grandes. Así mismo, la sexualidad en nosotras es la vertiente determinante de la gran mayoría de cosas que realizamos y aunque a diferencia de los hombres las mujeres podemos pensar en mil cosas al mismos tiempo y hacerlas, los hombres tienen una limitante para ellos el sentido univoco del pensamiento converge en la totalidad de sus decisiones, si un hombre no está 100 % seguro de lo que va hacer siempre tendrá dudas en el proceso que deberá aclarar, es por ello que los hombres desembocan sus pensamientos a una cosa a la vez, en cambio las mujeres podemos enfocarnos en dos o tres cosas a la vez, esta parte de nuestra mente gira en la gran mayoría de casos para hombres como para mujeres en el sexo, pero también en otras variantes, por ejemplo: para los hombres la aportación económicas es fundamental para sentirse seguros en una relación de pareja, mientras que para las mujeres el sexo, la sensualidad, la atracción y el deseo son las prioridades fisiológicas, estas aumentan aun mas si nuestro reloj bilógico se ha echado a andar.
Dentro de este campo, la sexualidad es diferente, lo sexual infiera una cultura, una forma ideológica pero también una forma biológica y fisiológica, si bien, por cada 57% mujeres por 55% hombres, según el actual censo de población, es tas cifras nos dan una idea de porque las mujeres son celosas, la competencia algo tan natural entre las especies humanas, nos da una idea de lo que puede o no puede esperar una sociedad determinada, es desde este punto de vista, que se determina nuestra lucha, una lucha de poder que llega hasta la cama, pero ¿Por qué pasa esto en las relaciones de pareja? Que es lo que nos hace tener tanto miedo de una infidelidad. Yo un día me quede pensando esto y llegue a pensar ¿Qué tal vez es porque no nos invitan a participar dentro de esta relación, supuestamente fuera de la pareja? Pero qué pasaría si al conocer la cara de la amante de nuestro marido o novio, le proponemos realizar un trió, tal vez la reelección de nuestro esposo o novio sea de sorpresa, extrañeza, tal vez la reacción de su amante sea la de celosa y la de nosotros de pacifica, tal vez los dos acepten.
Esto nos lleva a considerar lo siguiente, si cambiamos nuestro comportamiento ante un hecho determinado en el cual actuaríamos normalmente, como lo marcan los patrones de conducta determinados por nuestra sociedad, entonces nos daríamos cuenta que este cambio de comportamiento afectara de algún la respuesta que el entorno nos daría sobre ese hecho determinado este es el caso de los celos. Es por ello que nos damos cuenta que gran parte de la educación que nos dan en la casa, en los medios de comunicación, en los cuentos para niños, etc. Está determinado por un acto determinado de conducta hacia los hechos más comunes de nuestro comportamiento creando así una respuesta determinada e insertada en nuestra mente con anterioridad.
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