Libreta de poesía sacra y profana para un
nuevo reino.
“Esta parecería a simple vista una libra de poesía antigua
pero, no lo es. ¿O sí?
Es mas bien, una charada de alguien, que
quiere burlarse de nuestro noble ser”
Introducción
Estimado lector: Lamento
decepcionarlo, si al comprar esta
libreta pensó, por un momento, que era una verdadera libreta de poesía antigua,
pues no lo es, es más bien una hermosa
critica ha mi tiempo, y ha este siglo XXI que pese a toda su abrumadora,
maquina de defensa tecnológica, no ha podido
descubrir el inconmensurable juego de la vida que nos rodea, y que no es
para colmo de los teóricos del lenguaje el maldito habla o el símbolo fonético.
Si no por el contrario, nuestra propia ignorancia, que es
la culpable de todo cuanto sucede a nuestro alrededor. La ignorancia que casi siempre exalta las virtudes del saber,
de los cambios de la humanidad, del habla y el Juego, del lenguaje y la
tecnología, que hoy gracias a ella, estoy escribiendo, pero que no es, solo la burla, la mofa, y el
vulgar juicio de saberme ignorante, el
que hace que yo hoy escriba esto, sino el juego lúdico de saberme creadora de
mi propio acontecer lingüístico, y que
es el que me dicta como escribir al final de cuentas.
Además de la
inconstancia veleidosa y un poco profana de aquellos, que suministrando grandes
esfuerzos por conocer, dejan la vida y hasta el pellejo, por cosas, que no
saben si realmente son como ellos y su imaginación dicen que son,, tal vez suene
un poco absurdo, pero es la verdad. La escuela por ejemplo: que
hoy no sirve para valga la cosa,
más que para encontrarnos, con la crisis de una falta total de gente
analfabeta e ignorante, que cree saber y que llega a los niveles superiores de
educación preparatoria y universitaria sin saber leer o ha su defecto escribir
bien.
Pero ¡hay de mí! que en plena tortura y
primera hora del día, me resulto fácil el estudiar filosofía, ya un
maestro mi me decía en la preparatoria – no, no te metas ha estudiar filosofía,
la filosofía, te causara más problemas, de los que intentas resolver- más yo no le hice caso, y aun que estudie dos
semestres de medicina, a la mera hora, me decidí por filosofía, y mira que
resulto, no se si contra producen te o
en verdad para mi bien, pero de no ser por la filosofía, no estaría escribiendo
esto, en este preciso momento.
Hasta aquí, usted se preguntaras ¿ Y que tiene que ver
todo esto, con el Laudet? Pues nada
y es aquí donde comienza el juego del lenguaje, en titular
un libro de una forma y decir otra dista en su contenido, el Laudet, no es otra
cosa que un libro como cualquiera, que describe desde el inicio una pequeña
burla, o charada, del juego del lenguaje, aquí, en este libro no existen reglas
ortográficas, gramaticales, didácticas,
o fonéticas. El Laudet, representa la liberación del lenguaje, con todos
sus bemoles, des de las palabras mas altisonantes, como “ carajo, maldita sea,
que onda guey entre otras múltiples
muletillas, que son a mi parecer muy frecuentemente usadas, en lenguaje común,
y aun dentro del lenguaje científico. El Laudet, no es otra cosa, que la
muestra palpable, del fracaso del lenguaje, como una implementación meramente
simbólica y abstracta de la ciencia moderna, aquí, no existen reglas, ni de
escritura, ni de consenso ideológico, cultural, o filosófico, sino más bien,,
es guiado por un impulso meramente personal y febril, que surgió durante la
carrera de filosofía en donde yo me
preguntaba, ¿por qué debemos escribir de una y no de otra forma, porque no es
lo mismo burro que vurro o ada que hada?
Si, al parecer suenan igual o no...
Según los lienguiestas, esto se debe a las disyuntivas formas gramaticales y
fonéticas, sintaxis, praxis, y las
utilizaciones del signo y la significación.
Pero WITTGENSTEIN
desde comienzos del siglo pasado ya había advertido que el lenguaje,
este, puro instrumento de símbolos,
formas y sonidos, no es otra cosa que un
juego, un juego con reglas, que no siempre son correctas, y que suelen ser
verdaderamente arbitrarias no para los hablantes u oyentes, sino para el mismo
lenguaje.
Esta arbitrariedad
lingüística, es la que permite el propio
desarrollo del habla en una comunidad específica. Pero, comencemos nuestro
juego, nosotros, cambiaremos los nombres de las palabras, nos permitiremos
llamar silla a la mesa, y mesa a la pluma, pluma al libro, y libro a la
conciencia, etc. Nuestro juego va más allá de las condiciones teóricas, pues no
intentamos hacer del Laudet una teoría, sino más bien una advertencia, para lo
que estudian, durante años, las crónicas del lenguaje sin prever, que cualquier loco, puede cambiar
por un solo día, el significado de las palabras.
Y es aquí, donde comenzamos con las no reglas, o reglas
invertidas del juego, en vez de decir la mesa es ancha, diremos la silla es
ancha, pues tomamos como referencia que la mesa es la silla, y la silla es la
pluma, si la silla es la mesa o lo que creemos que es mesa, entonces, la silla
será la pluma, si la pluma es el libro,
pues así lo creemos, entonces el libro
es la conciencia, cambiamos la escritura de las palabras, pero dejamos el
significado, y es aquí donde entra la habilidad tuya, como lector, para saber
cuando hablamos de una cosa, y no de otra.
Este libro esta escrito por una sencilla razón, y que es
la siguiente: Estamos tan acostumbrados, ha hablar correctamente y ha saber lo
que significan las cosas, que perdemos el valor mismo del lenguaje, y si el
lenguaje es un juego, resultaría convincente, que cuando hablamos, hablamos de distinta
forma, según la cituacionalidad social, o individual a la cual estemos nosotros
haciendo referencia, aquí en el Laudet, lo que se modifica no es la
cituacionalidad sino los contextos de escritura, ¿ hasta aquí te preguntaras y
como sabrás cuando nos referimos a una cosa y no a otra? pues por tu intuición e imaginación, tu
sabrás que la mesa es silla, y la silla es pluma según el contexto de nuestros
artistas que iras descubriendo a continuación lo que les ira sucediendo en cada
escena.
Inmersos en un camisón de mil varas
Capitulo
1
Situando al lector: Un hombre se encuentra en un restaurante, tomando una tasa de café
mientras espera, a un presunto acompañante, son las 3 de la tarde, pues suenan
a lo lejos las campanas del reloj de la iglesia, durante su estancia en la
cafetería el hombre se pregunta ¿ el porque de el sentido lingüístico de las
palabras? Mientras discute con el mismo el sentido y la profundidad de las
palabras, llega su acompañante, un muchacho de unos 24 años de edad de mediana
estatura y un poco enclenque, con anteojos, el hombre que es mayor, y maestro
en literatura antigua y lenguas modernas,
lo saluda afectuosamente... y así comienza nuestra historia.
Ernesto.- Muy buenas tardes mi joven amigo, lo estaba esperando, desde hace algunos minutos, - pero haga
el favor de sentarse- ( el joven ansioso toma asiento y el maestro continua
hablando) el motivo
por el cual lo he citado hoy aquí, es el concerniente a su ensayo de
literatura.
Mario.- Muy buenas tardes Maestro
Ernesto, (lo saluda amablemente) recibí su correo electrónico, y me disculpo por haber llegado tarde, (Mario respira profundamente y continua hablando) si, en efecto, ya antes en el correo electrónico, me ha explicado que
ese era precisamente, el motivo de nuestro encuentro del día hoy.
Ernesto.- Lo felicito sinceramente, creo a mi parecer que su técnica de ensayo,
es muy novedosa, y bastante intencional con lo que respecta, ha su análisis
sobre la literatura griega y en espacial a nuestro buen amigo Homero.
Mario.- Le agradezco sinceramente su comentario maestro,(alude el alumno entusiasmado y un poco petulante) la verdad, es que me interesa mucho la literatura y en especia la
parte gramatical y fonética del leguaje antiguo.
Ernesto.- (el docente lo cuestiona) Me podría entonces explicar usted cual seria la temática
explicita, que le interesa estudiar sobre el lenguaje antiguo.... cuando
termine el seminario?.
Mario.- Sí maestro, le voy ha explicar, mi inquietud lingüística va encaminada
al tratamiento de las palabras “Este y Aquel” es decir, la sistematización del
vocablo “Este y Aquel” desde sus orígenes como palabra y desde sus usos más
peculiares hoy día.
Ernesto.- Y no se le hace un poco pretenciosa
esa búsqueda? acaso no sea puesto usted a pensar, que el vocablo “ Este
y Aquel” no tienen un origen determinado?... pero eso es ha mi muy particular opinión, (el docente se ríe, con una mueca un poco torpe y
burlona) ya ve usted, que el juego en sí del lenguaje, nos
lleva por caminos inhóspitos y muchas veces insondables.
Mario.- (el alumno le responde en un
tono de amargo desencanto)
no entiendo bien.... lo que usted me quiere decir, pues el lenguaje, es el único instrumento a
mi perecer, que nos distingue de los animales, la expresión artística varia
conforme a la voluntad misma del lenguaje oral y simbólico, que nos
caracteriza.... como especie superior, y mucho muy adelantada de otros especies
pensantes ( Mario en son de burla alude
al comentario del docente sonriéndose ) .
Ernesto.- (El docente
comente al respecto) Hay mi buen alumno, pero no se irrite, ni pretenda situar al hombre de nueva cuenta en
este sentido pretencioso que
caracteriza, ha toda la raza humana,
pues que no ve.... que todas las cosas son hechas por nosotros? Para
nosotros? Y por nuestra conveniencia? ¿Acaso el lenguaje sería la excepción?
Mire por ejemplo: Esta simple y llana mesa en la cual están recargados sus
brazos.... (Mario voltea y observa
detenidamente la mesa)
cree usted acaso que pidió ella misma llamarse mesa, o mas aun.... acaso
usted pidió llamarse Mario o yo Ernesto?
Mario.- (Mario le
responde un tanto confundido) No... por supuesto que no,
claro esta que el lenguaje, esta a merced de la trasformación arrogante de la
voluntad humana, fuera de que este bello instrumento, tenga reglas
ortográficas, gramaticales o fonéticas,
procede de una arbitrariedad, dicha...(Mario se sonríe y se sonroja avergonzado) por propia boca del mismo hombre que llena de significación los objeto
que el mismo crea.
Ernesto.- (le contesta) Pero entonces, ¿cual es el fin y propósito de investigar si “ Este o
Aquel” proceden de algún origen determinado?¿ o si el lenguaje, en particular,
es la arbitrariedad del hombre y su propio egolatría de nombrar a las cosas de una forma y no de
otra? imagínese por momento, que esta mesa no se llamara mesa, sino silla, y la
silla en la cual esta usted sentado, se llamara mesa, sin cambiar el
significado, solo el nombre de la cosa.... se imagina usted que ocurriría.
Mario.- No... no cabe en mi tal imaginación,(contesta Mario con sorpresa, y prosigue) seria espantoso, si por un día se cambiaran las palabras, sin son ni
ton.... no puedo ni considerarlo, se imagina el relajo lingüístico que se
armaría, nadie nos entenderíamos, estaríamos pues, peor que en la torre de
Babel.
Ernesto.-(infiere la
ignominia de su locutor) Pero tranquilícese mi buen
discípulo, que el lenguaje, no es tan simple de modificar, (contesta Ernesto, con un aire de sapiencia) pues ya estamos tan acostumbrado a hablar, de tal o cual forma, que no
lo podemos cambiar, por otra
parte... yo lo único que le estoy
sugiriendo, es que se imagine por un momento, que las cosas como las conocemos,
no se llamaran así, sino al revez, es decir, si esta pluma ( el maestro
mete su mano al bolsillo izquierdo de su chaqueta y saca una pluma fuente) se llamara hoja, y si las hojas de papel, estas ( toma el ensayo en sus manos y las sacude con fuerza) se llamaran pluma, y así usted y yo, las hubiéramos percibido desde
siempre..... acaso pensaría igual? Que esto es una locura... no cree usted que
es parte de esta arbitrariedad indistinta y suprema que se hace presente en la
voluntad lingüística, siempre humana del lenguaje, lo que hace que ser a esta
cosa esto y no otra cosa? Por que no pensar entonces lo contrarío. (infiere el docente, con un aire de inhóspita
solemnidad)
Mario.- Pero es que no puedo imaginarme
ni por un momento, que el lenguaje, pueda ser modificado y cambiado tan abruptamente, pues es algo,
preestablecido de antemano en nuestra conciencia y en nuestra vida social.
Tiene reglas y fines, cada palabra tiene
un ¿por qué de uso y de arte? De construcción y significación verbal o no....
Ernesto.- He hay justamente el error, de considerar... que el lenguaje, no
cambia, no se modifica, y no es capas de modificar nuestra cituacionalidad
vivencial, clara que sí... el lenguaje nos modifica, en tanto que se genera
conforme a la vivencia misma del hablante y el oyente..... Simplemente, las
nuevas generación por ejemplo, que van modificando no solo los usos de los
términos lingüísticos, sino su significado. Creo a mi parecer... que nosotros
los lingüistas, pese a todos nuestros análisis, estamos fuera de la jugada de
la modificación del lenguaje, cuando intentan comprender los principios de un
lenguaje muerto, que no es considerado como algo cambiante y evolutivo, vea me
a mí, por ejemplo: yo he dedicado mi vida entera al estudio del lenguaje
griego, y no e logrado comprender del todo, sus variaciones y significación en
la vida de ese tiempo, pues he comprendido, que el nuevo lenguaje KOINE no se
puede analizar, pues sé esta trasformando constantemente, en la mente de los
hablantes y oyentes.... así he llegado a
la conclusión frustrante, que el estudio del lenguaje, es inacabado, e
imperfecto, como todo el proceder del hombre, pues proviene de nosotros mismos.
Mario.- Pero si el lenguaje es
modificable, como nos damos cuenta nosotros mismos que esta cambiando si
estamos inmersos dentro de él?(Mario interroga
al maestro intentándolo persuadir de que esta en un error)
Ernesto.- ( Ernesto se sonríe, mirando la
impetuosidad de su elocuente oyente) Muy sencillamente,
por la modalidad o moda lingüística, vea usted por ejemplo: sí un artista de
esos.. de la farándula actual.... saca una palabra X sin ningún sentido o
significación coherente, racional, lingüística o fonética, se hace moda, y
después, tenemos una serie de hablantes, que la utilizan, como si fuera algo
muy significativo para sus vidas,,,, es por este motivo, que el lenguaje es
modal, es de modas y de tiempos, de conciencia y de apariencias, sobre el
actuar del hombre y su consecuente forma de hablar e interpretar su mundo, pero
esto ocurre también, con la lengua y el
lenguaje, que dependen de esta cambio del habla, para ser modificados y
cambiados, pues al cambiar el tiempo y el contexto situacional y social,
cambian a su ves las formas de hablantes y oyentes. Pero volvamos de nueva cuenta al ejemplo anterior:
imagine sé que usted no se llama Mario, sino Ernesto y yo me llamo Mario y no
Ernesto, cambiaria en algo, nuestra forma de pensar, por el solo hecho, de
que han cambiado nuestros nombres?
Mario.- Por su puesto que no, simplemente nuestra genética, nuestra edad y
nuestra cituacionalidad no es la misma, y aun que yo me llamara Ernesto y usted
Mario seguiríamos siendo los mismos sujetos que estamos hablando. Ha..a..a ya, caigo en todo lo que me ha estado
diciendo, entonces, el nombre no hace a la cosa ser esto y no lo otro, sino sus
características y cituacionalidad son
las que hacen ser a esta cosa y
la diferencian de otras distintas, fuera de que se llamen como se llamen.
Ernesto.- Exactamente mi buen alumno (
sonríe el maestro con un aire de triunfo), fuera de que
este bazo se llame bazo y no tasa, su cituacionalidad es la que lo hace ser
esto y no aquello, por ejemplo: Si yo le digo a usted pase me la tasa refiriéndome al bazo, entonces usted
comprendería que me refiero a la tasa y no al bazo, pues tendría el referente de que él vaso es la
tasa y la tasa es él baso. De igual forma, esto ocurre con todas las formas
lingüísticas habidas y por haber.
Mario: Y podríamos cambiar por un día el significado de las
cosas maestro?
Ernesto.- No el significado, sino la palabra en sí, es decir el nombre de la
cosa, pero ejemplifiquemos mejor esto,
vamos a realizar un pequeño
juego, este juego, tiene como propósito fundamental, y es el de desmitificar el
sentido a priori del lenguaje, para así
poder comprender bien su significado y su contexto situacional, y ver ¿por qué
estamos tan acostumbrados ha hablar sin
preguntarnos, el porque se habla así y no de otra forma?, que te parece si
hacemos primero una lista de las palabras que vamos a utilizar y cambiaremos
por hoy el nombre de los objetos.... te parece bien que lo intentemos.
Mario.- Me parase una buena idea... muy creativa por cierto, con lo que
respecta a esta, ya tan gastada forma de hablar.
Ernesto.- Pues bien, comencemos.... dime varias palabras y yo diré otras
más, para después relacionarlas
ambiguamente.
Lista de Mario Lista de Ernesto
1.-
silla ...................................................... libro
2.-
mesa....................................................... pluma
3.-mochila...................................................
cuchara
4.-perfume...................................................
flores
5.-libreta......................................................
mesa
6.-
poesía...................................................... tenedor
8.-
Mario......................................................Ernesto
9.-
sombrilla................................................. mesero
10.-mantel...................................................
hojas
Mario.- ( que es Ernesto) dice, comencemos el juego, yo te daré dos o tres oraciones y tu me
dirás a que cosa me estoy refiriendo....
1,. Las flores están sobre la pluma
2.- el mantel esta encima de la libreta.
3.- llama por favor a la sombrilla, que es
hora de irnos.
Ernesto.- (que era Mario) le contesta, le entiendo, las flores son el perfume, porque el perfume
esta sobre la mesa, y a su vez la mesa es la pluma. Fuera de que esta se llame
pluma o mesa, no pierde ni su utilidad,
ni su funcionalidad o situacional, pues
lo que cambia no es el significado, sino el nombre de las cosas.
Mario (que es Ernesto responde) Así es mi querido Ernesto, las
propiedades del objeto no varían, fuera que esto se llame mesa, o silla, sino
que siguen siendo, la misma cosa pero en otra dimensión mucho más complicada y
profunda, vez, como estamos tan acostumbrado a los formas lingüísticas, que no
nos atrevemos a decir, que esta mesa, es silla, o la silla es mesa, pasa los
mismo con las obras teatrales, por ejemplo, en el teatro, fuera de que Maria se
llame Maria, en la obra en sí de Romeo y
Julieta, cambia su nombre por el de Julieta, no tanto, porque sea Julieta, sino
porque así se lo pide la obra teatral, ella no deja de ser Maria, aun que actúe
siendo Julieta.
Ernesto ( Mario contesta) Es verdad, yo no he dejado de ser Mario, aún que usted me diga
Ernesto, sigo siendo el mismo estudiante que recibió un correo electrónico, y
acudió e esta sita.
Mario.- Así es mi condiscípulo... con
todo esto lo que intento probar, es que aunque cambien las formas de referencia
simbólica, no cambia su significación, fuera que esta se llame mesa, o silla,
el contexto situacional es lo que permanece en una acción correlativa del
lenguaje, y así como la obra teatral genera un cambio aparente en los
personajes reales, el lenguaje, cambia y varia su forma y significación,
conforme este avanza y evoluciona, ya
bien nos lo decía Wittgenstein, el juego del lenguaje es inmenso, Y aun que el
lenguaje en sí, es parte perenne del imaginario del hombre, las forma no cambia
en tanto que la esencia permanezca, y con esto comprobamos, que el nombre no es
la esencia, puesto que puede ser modificado y cambiada a nuestro antojo, mas la
esencia fundamental del concepto en sí, nos lada la cituacionalidad y el
significado, que no varían, pues permanecen, inherentes a las cosas mismas.
Comprometiendo
el honor lingüístico
Capitulo
2
Ernesto (que es Mario dice) Entonces, que sucede con la
cituacionalidad y la funcionalidad que dependen del nombre, para su contexto
significativo?( pregunta Mario con un cierto dudar, de la hipotética
paradoja que expone su maestro)
Mario ( que es Ernesto
con una mirada dudosa y un tanto
inquietante le contesta) Pues nada mi querido amigo, en
tanto la cituacionalidad varia, la funcionalidad de la cosa en sí misma
permanece, la situación ubica el tiempo y el espacio del objeto determinado,
mientras que la funcionalidad le concede
el uso más no el abuso de aquello, a lo que se refiere en el significante, y el nombre no es otra cosa, que la
distinción superflua, que hacemos
nosotros al nombra uno objeto y
diferenciarlo de otro distinto o el
de muchos otros iguales que el, más no, es su contexto situacional o la
funcionalidad de la cosa en sí, misma la
que infiere que el nombre no tiene que ver, ni con la cituacionalidad ni con la
funcionalidad del objeto, sino simplemente con el nombra la cosa y
diferenciarla de otras distintas a ella misma.
Ernesto ( que es Mario le contesta ) entonces que sucede con la idea de la cosa que tenemos al
nombra un objeto de terminado? ¿acaso es que la idea varia o cambia con la
forma de nombra o no nombra ese determinado objeto?
Mario ( intuyendo la mirada aun dudosa de su Inter.
Locutor, infiere)
La idea determinada
de la conciencia es presupuesta por el ¿cómo y porque nombrar a esa cosa con
ese nombre y no otro distinto? Esta idealidad del nombrar prevalece o no.... ( hace una pausa el docente) (Mario duda y acentúa con la
cabeza negando) pues, verdad, la idealidad que tenemos al
nombrar determinada cosa, cambia cuando cambiamos el nombre de dicho objeto,
aun que el significado prevalezca, la conciencia consigue registrar que usted en estos
momentos se llama Ernesto y no Mario como se presupone, entonces, entra en
conflictos nuestro lenguaje, pero más estos son pasajeros, hasta que la idea de
que usted es Ernesto y no Mario se afirma, mientras que su conciencia, concluye
por afirmar que usted efectivamente es Ernesto y no Mario como ella misma suponía que era verdadero.
Esta historia continuara.....
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